Camina como los patos, con los pies formando un ángulo de 20˚ con la línea recta. Pero anda con paso firme y decidido. Usa sombrero para disimular el poco pelo, ya bastante blanquecino, porque desea aparentar menos edad. Lleva ropa que podrían usar chicos de 16 años, y aunque no es usuario de gimnasios, no le sobra un gramo de grasa. Le gusta la comida exquisita pero frugal, y presume de ser un excelente gourmet. Siempre sonríe y sobre todo, canta; canta a todas horas y con cualquier escusa, aunque esté en el trabajo, en la calle o en un bar tomando un aperitivo. No es tímido, pero sí poco locuaz, por lo que no le gusta hablar en público. Prefiere pasar desapercibido, pero tiene ego y le molesta que le ignoren. No se aclara.
Llega a casa y busca la correa del perrito. No la encuentra. Nada especial, porque deja las cosas en cualquier sitio, por eso nunca encuentra nada. Pero no le importa no encontrar nada. Sale y en el ascensor da los buenos días a un vecino, aunque no le dice su nombre, pues no lo recuerda porque le da igual. Vuelve a salir a la calle y disimula distraído mientras la cruza, no sea que alguien le vea; aunque todos en el vecindario ya le han visto muchas veces. No le gusta pasear al perrito – capricho de su mujer- cuando va solo, pero en privado, siempre está hablando de él.
Camina un rato y se para frente una frutería. Desde la calle, sin pasar la puerta de la tienda, saluda a la frutera que ya le tiene preparado su pedido. Compra a diario la fruta para que esté fresca y jugosa para la cena. Se sube el cuello de la americana, sonríe a la frutera, coge su bolsa y sigue su camino. Es muy friolero, por lo que normalmente va muy abrigado, incluso en verano.
Llega puntual a la cita con su mujer porque siempre comen fuera de casa. Ella es su luz, y su razón de ser; la que elige los lugares de vacaciones, el tipo de casa dónde vivir, los restaurantes, el coche que conducen o dónde ir el fin de semana. Es mucho más joven que él. No tienen hijos, por lo que siempre que pueden, viajan. Le gusta pasear por la playa, pero rara vez se mete en el mar.
Tiene la forma de vida que siempre ha deseado. No sabe si es o no feliz, pero como todo, no le importa. Piensa que el concepto de felicidad que tiene la mayoría de la gente es una estupidez.
Qué bien escribes! Estás en tu salsa, y creo que ya podria distinguir un relato tuyo de entre mil. Eres tú. Un romántico enamorado del amor. Ojalá encuentres pronto a alguien que te haga ensmorarte de la vida y ver que la felicidad está en el dia a dia.
Como ves, me creo tus relatos como si fueran tus sentimientos y no tus creaciones. Eso es por lo buen escritor que eres.
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¡¡¡Eres un tesoro!!! Pero sobre todo, gracias por ser mi amiga.
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👏👏👏👏Muy bonito
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Merci beaucoup!!
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