UN BOSQUE DE VERDAD

Mi abuelo era gabarrero. Nadie en mi colegio sabe lo que es eso, incluso les suena mal esa palabreja. A mí, la verdad, es que también me causa un poco de sonrojo pronunciarla, aunque no sé muy bien porqué.

En mi ciudad no hay cerca ningún bosque, salvo los parques públicos que hay por algunos barrios y alrededores. Pero esos no son bosques. Cerca del pueblo de la sierra segoviana dónde vive mi abuelo, sí hay buenos bosques. Cuando voy a visitarlo, me sube a su viejo borrico preparado con sus arreos, y sendero arriba nos vamos a la montaña penetrando en su laberinto verde y marrón, a recoger leña.

Eso sí son aventuras. Eso sí es un bosque de verdad.

Publicado por Sergio Alonso

Sin amor, la vida es hacer tiempo.

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